Enrique Vila-Matas 1 NOV 2011
excerpts:
"El nacimiento del lector se paga con la muerte del autor",
sentenció Roland Barthes en 1967. La frase hizo fortuna y algunos ineptos para
la creación hasta aprovecharon para que ciertos genios del momento se
amordazaran a sí mismos y se hundieran en un lodazal... En la memoria, al menos,
quedan los disidentes. Vladimir Nabokov, por ejemplo, que decía creer en la
figura poderosa del autor. De la larga sombra de aquel curioso choque de muerte
contra vida, de aquel choque de miradas sobre la autoría, se ocupa Zadie Smith
en uno de sus ensayos de Cambiar de idea (Salamandra)...Cuenta Zadie Smith que
al releer 'Pnin' siente que el autor controla sus reacciones de lectora. Nabokov
parecía no aceptar para sus libros ningún lector que no fuera él mismo o alguien
que conociera el arte de la relectura. Para Barthes, vinculado a la crítica
posmarxista, un mal lector era un consumidor, mientras que el lector ideal era
un productor. Allí donde Nabokov veía en la figura del "creador" el principio
mismo de la libertad occidental individualizada, Barthes veía precisamente lo
mismo, pero no le gustaba, ya que veía a los "autores" como eternos copistas (a
lo Bouvard y Pecuchet), gente sublime y cómica a la vez, cuya profunda ridiculez
designaba para él precisamente la verdad de la escritura contemporánea, una
verdad tan simple como la de que los autores actuales se limitan a imitar "un
gesto siempre anterior, nunca original".
..Lo logra ese autor
[Nabokv]... mediante un dominio obsesivo de unos detalles que solo se llega
a apreciar que son tan mínimos como inmensamente fascinantes cuando son
releídos. Como si el autor le dijera: vivirás en mi casa a mi manera y tal como
yo te diga y, en lugar de darte un cómodo paseo por ella, te enfrentarás a una
red de pistas y enigmas interconectadas y, más que leer, tendrás que releer si
quieres llegar a lo que te propongo: la seria satisfacción de participar
íntimamente en "la emoción de la creación".Porque de eso se trata con Nabokov,
de participar en esa emoción, y de ahí que sea como escritor tan inmenso. Pero
¿no hay puntos de encuentro entre él y Barthes? ...Y por cierto, a la vista de
todo esto, ¿qué posición puede tomar un autor? Quizás los autores necesiten
conservar la fe en Nabokov, y todos los lectores en Barthes. Porque ¿cómo puede
uno escribir si cree en Barthes?"